SANTIAGO DE COMPOSTELA
Santiago de Compostela, la maravillosa capital gallega.
Con un ambiente tranquilo y jovial, esta ciudad, a la que podríamos considerar un 'pueblo grande', se nos presenta con los brazos abiertos, deseosa de que conozcamos sus costumbres, comidas y gente, y descubramos sus más hermosos rincones y secretos.
Dado que es imposible conocer absolutamente cada pequeño detalle que esconde, voy a intentar acercaros a ciertos lugares indispensables que espero no os dejen indiferentes, y de los cuales podáis disfrutar y hablar al regresar a casa.
En primer lugar, debéis saber que la lluvia es, por excelencia, el compañero de viaje por estas tierras así que, llevar el paraguas es un must si no queréis acabar mojados hasta las orejas.
En verano los cielos grises y nublados suelen dar un pequeño respiro, pero no os fiéis nunca de estas treguas no declaradas.
También debéis llevar en mente que el coche es una de las primeras cosas que se han de aparcar (junto con la pereza), pues Santiago de Compostela sólo se puede caminar. Hay un parking bastante céntrico situado en la plaza Galicia.
El primer sitio por donde debéis pasar, sin lugar a dudas, es por la Plaza del Obradoiro y en seguida sabréis por qué. En ella se encuentra la mundialmente conocida Catedral de Santiago, el Hostal de los Reyes Católicos, el Colegio de San Xerome, y el Palacio de Raxoi.
Ya llegados a este punto, lo más fácil es seguir caminando entre las calles del casco urbano, típicas de la ciudad. Éstas están caracterizadas por los soportales y balcones que las inundan.
Algunas de las más conocidas son la rúa Nova y rúa do Vilar donde conviven la arquitectura noble y popular de antaño. Las encontraréis amplias y descansadas, con numerosas tiendas y cafés.
Al inicio de la primera, entrando desde a Quintana, encontraréis la barroca Casa das Pomas, el Teatro Principal y el Salón de Teatro. También la iglesia de Santa María Salomé.
Al final de la segunda cabe destacar la Casa do Deán y la Casa do Cabido, ambas de estilo barroco.
La calle por excelencia donde comprar algún souvenir y tomarse algún vinito acompañado de un aperitivo sería la rúa do Franco. Ahí podrás probar: empanada, pulpo, croquetas, marisco, zorza... todo delicioso y productos 'del país' como ellos dirían para referirse a Galicia.
Y ya abierto el apetito, ¡busquemos un lugar donde comer!
Quizá con tanta tapa no os quede un huequito en el estómago. Pero, en caso de que seáis de buen comer, un sitio que recomiendo sería el Restaurante Petiscos, si no queréis gastaros mucho dinero. Otro lugar recomendable sería Casa Marcelo, si el dinero no es vuestra prioridad. De todas maneras, esta selección es mera opinión personal. Como podréis comprobar las opciones, realmente, son infinitas.
Un lugar idílico para tomar el café, es el Hotel Costa Vella. Aunque por la indicación podréis imaginar que es un lugar donde pasar la noche, la terraza está abierta al público y es un lugar ideal donde pasar un rato tranquilo y agradable; recomendable sobre todo para viajeros enamorados.
Una vez acabado, la mejor idea para terminar esta visita es dar un paseo por el plácido parque de la Alameda, desde donde podréis disfrutar de una maravillosa vista tal y como la que os muestro:
PD: no os podéis marchar sin haber probado la riquísima tarta de Santiago. Si no habéis tenido oportunidad no dudo que, camino hacia el parking, os encontréis con algún sitio donde comprar un trocito para el viaje de vuelta. Aunque ¡cuidado si eres alérgico!, pues contiene frutos secos, entre otros ingredientes.
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